EDUCACIÓN: “EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN ES IMPERATIVO PARA PREVENIR NUEVAS ENFERMEDADES”

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Felipe Marín, académico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule comparte su análisis y advierte que el riesgo de brote de enfermedades, a escala local y global, aumente a medida que nuestra especie destruye y se aleja de la naturaleza.

La pandemia del coronavirus se ha expandido por todos los países, pero las medidas adoptadas por los Gobiernos como las cuarentenas, según algunos investigadores ha contribuido en la disminución de las emisiones globales del Co2. Sin embargo ¿Realmente podría la situación actual poner freno a la acción climática?

El profesor Felipe Marín, académico del Departamento de  Formación Inicial de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM y coordinador del “Grupo de Reflexión y Acción en Didácticas de las Ciencias Experimentales de la RADICE-UCM” e Integrante de la “Red Latinoamericana de Didáctica de las Ciencias REDLAD”, refiere que “Para el conjunto de intelectuales motivados por lograr una relación equilibrada entre la especie humana y la naturaleza, no es sorpresa que el riesgo de brote de enfermedades, a escala local y global, aumente a medida que nuestra especie destruye y se aleja de la naturaleza”.

El catedrático recordó la labor desarrollada por el economista y ambientalista chileno Manfred Max Neef al referir que “Él ha legado una mirada rigurosamente empírica, crítica y multidimensional sobre: cómo la economía global centrada en el libre mercado y acumulación ilimitada de capital, absorbe cualquier modelo distinto, criticando enérgicamente este fenómeno global. En sus charlas coloquiales, señalaba al público, cómo cada sujeto es responsable de sostener el modelo global desde sus hábitos más ordinarios. Entonces, comparto con este prestigioso académico chileno y otros investigadores que ven en la problemática ambiental, no es solo una cuestión científica, ecológica o económica-productiva, sino un origen filosófico, socio-político y educativo en sus raíces”.

Por lo tanto, el académico de la UCM, recalcó que es fundamental desarrollar el compromiso individual y social por la conservación de la naturaleza desde el hogar, desde los diversos territorios y sus comunidades. “En definitiva, el cuidado de la casa común es imperativo para prevenir nuevas enfermedades, no solo infecciosas como el Covid-19”, dijo.

Además, agregó que “No se trata solo de un problema económico y productivo, sino también, de analizar y replantear el perfil de ser humano y modelo de sociedad que anhelamos. La idea de crecimiento, desde el punto de vista filosófico (pensamiento) y social (acción), genera un sujeto individualista y una sociedad competitiva. Entonces, para reducir las emisiones de CO2 (que son solo un síntoma del problema, junto a otros, como la propagación de enfermedades infectocontagiosas y enfermedades bio-psico-sociales), debemos cambiar las formas de habitar y consumir, debemos proponer cambios estructurales, de pensamiento, de identidad y sentido; repensar el proyectar un nuevo habitante, para una nueva sociedad. En Chile, si esto no se propone desde las universidades ¿A quiénes le reasignamos la tarea de construir nuevo conocimiento?”, sostuvo.

Ciencia en el aula

De igual manera, el profesor Marín explicó que “Existe bastante consenso, incluso previo a este momento de pandemia respecto a los cambios que se deben dar como: ajustarnos a nuevas formas de habitar con urgencia y bajar las emisiones de CO2. En consecuencia, bajar el consumo, y junto con ello, bajar y diversificar la producción, abordar desde la política educativa y el curriculum, no como un adorno, los enfoques de derecho y género, interculturalidad y multiculturalidad, así como enseñar a las actuales y futuras generaciones cuál es su rol frente al cuidado de la naturaleza”, indicó, agregando que “Para ello el mejor camino es acercar el conocimiento científico al aula y a la comunidad para contribuir con el desarrollo de un nuevo habitante, incrementando desde ellos la valoración de la naturaleza. Además, se debe asesorar de forma multi e interdisciplinar las políticas de conservación de la naturaleza para proteger nuestros diversos ecosistemas como medida vital, preventiva para una promoción de la salud, más amplia”, afirmó.

Para finalizar, el catedrático enfatizó que “Como profesor, recomendaría al sistema educativo, a los profesores y a las familias que hoy nos encontramos en confinamiento por seguridad, elegir lecturas ambientales, documentales, películas que orienten un mayor y mejor contacto con la naturaleza, para buscar reflexiones críticas en familia, proyectarnos como agentes de cambios, independiente de nuestra edad, género y ocupación”, cerró.